El Gran Premio de Malasia quedó suspendido tras el accidente
El Mundial se tiñe de luto por segunda vez en poco más de un año. El 5 de septiembre de 2010 la muerte del japonés Shoya Tomizawa en la carrera de Moto2 golpeaba el motociclismo, y el 23 de octubre de 2011 ya forma también parte de la leyenda negra del mundo del motor. El piloto italiano Marco Simoncelli, de 24 años, perdía la vida en el circuito de Sepang víctima de un terrible accidente en el que fue arrollado por las motos de los dos pilotos que marchaban tras él. Era tan solo la segunda vuelta de una carrera que se detuvo de inmediato, y ya no se reanudó. El 'paddock' entero quedó en vilo, estupefacto al ver repetido el accidente por televisión, deseando recibir noticias tranquilizadoras, mientras el padre, la novia, el mánager y el equipo de Simoncelli esperaban con el corazón en un puño a las puertas del centro médico. Pero lo que llegó fue la fatal noticia, a las 4.56 de la tarde en Malasia, las 10.56 de la mañana hora española: Marco Simoncelli había muerto. Y el motociclismo rompió a llorar.
El accidente sucedió en la segunda vuelta, cuando el piloto italiano pelaba con el español Álvaro Bautista por la cuarta posición. Delante marchaba el trío de Respol Honda, con Casey Stoner en cabeza, perseguido por Dani Pedrosa, que salía desde la 'pole', y Andrea Dovizioso. Simoncelli y Bautista iban pasándose y repasándose desde la primera curva, cuando Marco perdió el control de su Honda número 58 en la salida del undécimo viraje del circuito. En lugar de seguir la trayectoria habitual de una caída hacia la escapatoria, la moto y Simoncelli, que no soltó el manillar, se deslizaron hacia dentro de la pista, por donde venían a toda velocidad los dos pilotos que marchaban tras él. Colin Edwards y Valentino Rossi, íntimo amigo de Marco, no pudieron evitar arrollarle, y en el impacto, brutal, salía despedido el casco de Simoncelli, lo que ya hacía presagiar lo peor.
Enseguida apareció la bandera roja, carrera detenida, y todo el mundo a boxes, mientras una ambulancia trasladaba al piloto de Gresini al centro médico del circuito, donde llegaba ya en estado crítico, con parada cardiorrespiratoria. Según explicó después en rueda de prensa el doctor Michelle Macchiagodena, director médico del Mundial de MotoGP: "Marco presentaba tres traumatismos, en el pecho, el cuello y la cabeza, y llegó inconsciente al centro médico. Se le intentó reanimar durante 45 minutos, pero no se pudieron recuperar sus constantes vitales".
Conmoción en el 'paddock'
Cuando se confirmó el fatal desenlace, se sucedieron las escenas de dolor. Paolo y Kate, padre y novia del piloto, que estaban junto a Marco en Malasia, se fundían en un abrazo a las puertas del centro médico, y el 'paddock' de Sepang se inundaba de lágrimas.
Muchos equipos limitaron a un recuerdo para Marco su comunicado de prensa, y uno de los más elocuentes fue el de su marca, Honda, con un mensaje del vicepresidente de HRC, Shuhei Nakamoto: "No sé qué decir, no me salen las palabras Marco era un buen chico y un piloto con mucho talento. A veces fui un poco duro con él, por ejemplo después de su primer podio en Brno, cuando le dije que había suerte, y él se enfadó mucho. Pero yo solo quería motivarle porque sabía que podía hacerlo todavía mejor. Solo quiero decir: Gracias Marco, por todo lo que me has dado. Y mandar mi pésame a la familia en este momento tan triste".
También lamentaron al trágico desenlace de Simoncelli dos de los pilotos que habían sido más críticos con él en el primer tercio de temporada, Dani Pedrosa y Casey Stoner. "Muchas veces nosotros mismos no nos acordamos de cómo es este deporte. A veces puede ser muy peligroso y que pasen estas cosas quita todo el sentido a todo.
Está claro que hacemos lo que más nos gusta, lo que más amamos, pero en días como hoy nada tiene sentido", analizó Pedrosa. Para el nuevo campeón del mundo, Casey Stoner, "cuando pasan cosas como éstas te acuerdas de lo valiosa que es la vida". "Me hace sentir muy mal por dentro", reconoció el australiano.
Marco Simoncelli era uno de los valores emergentes del Mundial de MotoGP. Con un título de 250cc y 12 victorias en su palmarés, competía por segundo año en MotoGP, ya había logrado dos podios (en Brno y en Phillip Island, la semana pasada) en la categoría reina, y buscaba su primer triunfo. Aunque corría con el equipo satélite Gresini, era el cuarto piloto oficial de Honda (su moto era idéntica a las de Pedrosa, Stoner y Dovizioso), estatus que iba a mantener en 2011. Encontró la muerte precisamente donde había vivido el día más feliz de su vida: fue también en Sepang donde se proclamó campeón del mundo de 250cc en 2008.